22/11/09

Impuestos

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Ahora resulta que heredar una empresa no tributa y recibir una vivienda habitual con un valor de hasta 500.000 euros, tampoco. Correcto. Queda por solventar el legado en metálico y las segundas viviendas. Está muy bien que se busque una salida justa para los trabajadores que ahorran.
 Lo que habría que hacer para compensar esa caída de ingresos que el Estado del bienestar necesita sería crear, por ejemplo, un impuesto para grandes fortunas. Pero seguro que los mismos que defienden la supresión del impuesto de sucesiones dirán que es imposible, que el dinero e mobile y que abandonaría el país. Entonces, en qué quedamos. ¿Todo esto es para beneficiar a las clases medias o al dinero, sin apellido? No se dejen engañar: el sistema fiscal de este país no ha sido heredado, fue creado por los mismos que ahora proclaman que es tan injusto.

Joaquín Romero (El Periódico de Catalunya, 22 de noviembre de 2009)