19/3/09

Wagner, una primera aproximación


El descubrimiento de Wagner es como un desvelar de aquello que al alma atormenta y ensombrece. ¡Esa música en tensión, infinita y embrollada, que cuanto más escuchas, más desestructura! Desestructura el alma, pone al espíritu al límite. La complejidad del alma vivaz y desvencijada adquieren en Wagner una aseveración grandilocuente, desalentadora, porque sin aliento nos deja. En la batalla del día a día, en nuestro quehacer laboral, social, familiar, salimos al encuentro de su drama musical, que no hace más que remarcar el perfil agonístico de la facticidad en un estilo fluido y arioso, de síntesis poético-musical, que es como una síntesis artístico-vivencial. Ahí es nada. Y sin embargo, vano uso del sangriento nazismo, y de cualquier forma de antisemitismo. Y sin embargo, obra de arte total, ¿totalitaria tal vez?, en que la realidad se convierte en mito y éste deviene aquella, compulsivamente, y ahí estamos, en un andar de aquí para allá. Algún día continuaremos. Y sin embargo...